Lucía Pose
Psicòloga - Psicoanalista al Maresme
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Tratamiento de la Depresión
La depresión es un término que se utiliza para nombrar distintas cosas. Sentimos nombrarla en situaciones muy diferentes, muchas veces de manera imprecisa. Existe una tendencia a nombrar depresión a cualquier manifestación de tristeza, dolor o desánimo, con su correlación en la prescripción cada vez más masiva de antidepresivos.
La primera pregunta que se puede formular para hacer un primer acercamiento es: ¿qué diferencia la depresión de la tristeza?
La tristeza es un afecto que puede aparecer en todas las personas a lo largo de la vida y no es en sí mismo patológico, sino por el contrario, parte de la vida misma. Las situaciones de cambio por ejemplo, pueden traer aparejado cierto grado de tristeza: la adolescencia, terminar una etapa, una separación de pareja, etc. Sentir tristeza ante situaciones de cambio, de pérdida o de pena, no debe ser considerado patológico per se.
La depresión también hay que diferenciarla de un proceso de duelo. Freud dice que: “El duelo es, por regla general, la reacción frente a la pérdida de una persona amada o de una abstracción que haga sus veces, como la patria, la libertad, un ideal, etc.”
Agrega que aunque trae consigo trastornos en la conducta, no deja de ser un proceso normal que luego de cierto tiempo se superará sin requerir tratamiento. En caso contrario, podríamos estar frente a lo que llama duelo patológico.
En la melancolía (hay que tener en cuenta que el término “depresión” no era considerado antes de los 50’ como una enfermedad psiquiátrica en sí misma), como así también en el trabajo de duelo, vemos que aparece un estado de tristeza o dolor psíquico profundos, se pierde interés por aquellas cosas que antes producían deseo y satisfacción, hay una disminución de la energía, del apetito, problemas en el sueño, pérdida de la capacidad de amar, pérdida o disminución del interés por el mundo externo, dificultades de atención, sentimientos de culpabilidad e inhibiciones en la productividad.
Pero entonces, ¿cuál es la diferencia entre el proceso normal de duelo y la melancolía? El duelo es una reacción normal ante la pérdida y es de carácter transitorio. En la melancolía vemos una disminución del amor propio (baja autoestima) que se expresa en la forma de auto-reproches y culpa muy intensos y sostenidos en el tiempo.
¿Cómo se puede tratar a una persona con depresión? Actualmente se recurre a los tratamientos farmacológicos, para poder solucionar en un corto plazo los sufrimientos psíquicos, ya que nuestra sociedad pide personas que produzcan y que consuman. Ésta realidad, hace difícil muchas veces un diagnóstico serio y un tratamiento que apunte a las causas. Es alarmante como en las últimas décadas las estadísticas muestran índices elevados de personas diagnosticadas con depresión, al mismo tiempo que la venta de psicofármacos antidepresivos se ha disparado.
Si bien, muchas veces los fármacos son necesarios y de gran ayuda para aliviar los síntomas, pueden taparlos y dificultar que el paciente tome una posición activa en el tratamiento y la cura.
Desde nuestra posición, entendemos que lo que actualmente se llama depresión, se trata de una respuesta que da el sujeto frente a algo que le ocurre. El estado depresivo no es la causa de su sufrimiento, es justamente una respuesta, la posición que adopta frente a aquello que le sucede.
Creemos que es necesario que el paciente pueda interrogarse acerca de lo que le pasa y situarlo en su propia historia y contexto, para así poder encaminar un proceso de resolución y poder ir más allá del estado anímico. Si bien podemos clasificar y describir las enfermedades y trastornos, esto no significa que es para todas las personas igual, por tanto la solución tampoco será una receta que funcione para todo el mundo.
Muchas veces, escuchamos frases como: no encontrar sentido a las cosas, no tener ganas o energía para realizar actividades, sentirse vacío, caído, paralizado, etc. Éste tipo de frases nos remiten a un detenimiento. Todas las personas nos movemos, hacemos, amamos, a partir de algo que causa nuestro deseo, y en estos casos esa causa del deseo aparece suspendida, apreciándose un cierto abandono en el cuerpo, en las actividades pero también en el decir. En un tratamiento se trataría de que la persona pueda encontrar una forma distinta de responder a los avatares de la vida y ubicarse de otra manera frente a la realidad que le toca vivir.
